Un volcán es una abertura de la tierra por donde sale el magma, que es roca fundida formada en su interior. Los volcanes tienen, casi siempre, la forma de un cerro o montaña. La ceniza que sale del volcán está formada por fragmentos de roca del tamaño de la arena, que se hace polvo durante las explosiones del volcán.
Hay dos tipos de volcanes: los primeros se llaman inactivos y reciben este nombre cuando han estado en calma durante miles de años o cuando han hecho erupción sólo una vez; y los activos cuando tienen etapas de actividad interrumpidas por poco tiempo.
Los volcanes siempre representan un riesgo, por eso debemos conocer los peligros que puede presentar el volcán más cercano a nosotros, pero debes saber que es muy raro que un volcán entre en actividad sin avisar.
En México hay más de 2000 volcanes, pero solo cerca de 10 son activos.
Los accidentes más comunes provocados por las erupciones de los volcanes son derrumbes de casas provocados, ya sea por el peso de la ceniza acumulada en los techos o por los ríos de lodo, además de choques de vehículos porque la ceniza quita visibilidad, o enfermedades pulmonares por inhalar ceniza.
¿Qué debes hacer si cae ceniza?
No salgas a la calle si no es necesario.
Si tienes que salir, protege tus ojos, boca y nariz. No hagas ejercicio.
Cierra puertas y ventanas y sella con trapos húmedos las rendijas, para que no entre polvo. Sacude con un plumero para que no se rayen los muebles.
Tapa tinacos para que no se ensucien y cubre tu automóvil para que no se raye.
Barre todos los días los techos para evitar que se acumule la ceniza, pues es muy pesada, no la quites con agua porque aumenta su peso.
Cubre las coladeras y recoje las cenizas en costales y bolsas de plástico para evitar que se vayan al drenaje.
Si en tu familia tienen automóvil, úsenlo lo menos posible y que sean pacientes con el tráfico, pues las cenizas hacen que el piso se ponga resbaloso.
¿Cómo protegerse en caso de una erupción volcánica?
Siga las indicaciones de la autoridad local, Protección Civil, Cruz Roja y demás autoridades.
Durante una erupción no beba agua del grifo, ni utilice ésta para cocinar. Por eso siempre es recomendable tener un pequeño depósito propio de agua potable o mantener agua embotellada en un almacén.
Selle las hendiduras de las puertas y ventanas hacia el exterior con la cinta aislante o coloque paños húmedos en agua o vinagre.
No salga al exterior a menos que sea imprescindible.
No utilice el teléfono. Escuche la radio y la televisión para conocer las últimas novedades.
Evite, en lo posible, la inhalación de ceniza volcánica. Este tipo de ceniza es tóxica y podría causar problemas en las vías respiratorias y en la piel. Respire a través de una tela humedecida.
Limpie el tejado de su casa para evitar la excesiva acumulación de ceniza. Tenga en cuenta que su peso podría causar su derrumbe.
Nunca se acerque a un volcán en erupción. Incluso después de finalizada la erupción, procure permanecer alejado del volcán.
En caso de emisión de gases, protéjase con una tela humedecida en agua, amoniaco o vinagre.
No acceda a los lugares declarados como de acceso restringido.
En caso de orden de evacuación, prepárese con rapidez para abandonar el lugar. Procure llevar lo mínimo indispensable. No se olvide de recoger ropa de abrigo, documentación y medicamentos personales. A ser posible, comida para tres días, linterna y radio que funcionen con pilas.
En caso de conducir un coche durante la erupción: recuerde que la ceniza volcánica puede convertir la carretera en resbaladiza y/o bloqueada. Evite carreteras secundarias. Nunca intente circular sobre un flujo de lava.
Procure estar atento a señales de advertencia de olor a azufre o de lluvia ácida.